Café Lehmitz, la ópera prima de Anders Petersen, posee magia. Nos atrapa desde que traspasamos la puerta, Nos hipnotiza. La atmósfera es soberana. Anders se adueña del aire. Nos sumerge en vida. Mirada y latido de antropólogo, de naturalista. No juzga. Ni pone a su mirada pretenciosidad, ni artificio. La noche y su viaje. Como el de Céline, con la diferencia de que en los