W. Eugene Smith – El asombroso caso de Josefa Larrá, un fotógrafo americano y un americano enamorado –

La historia que hoy les vengo a narrar ocurrió en plena post-guerra civil española y en uno de los lugares más deprimidos de nuestro país, sin embargo ese pequeño y empobrecido pueblo de la provincia de Cáceres –Extremadura- y cuyo nombre es Deleitosa, fue protagonista y admirado en lugares tan dispares como New York o California…
Eugene Smith, reputado fotógrafo americano, figura fundamental de la fotografía y padre del ensayo fotográfico, de fuertes convicciones antifascistas (dato importante) quiso convencer al Gobierno de los EE.UU. para que no entregase ayudas económicas a España dentro del conocido como Plan Marshall por entender que este dinero acabaría en manos privadas fascistas y muy alejado de los fines que deberían de tener y se le ocurrió la idea de realizar un reportaje en España para mostrar, a su manera, la peculiar y asombrosa estampa de este país.

Para ello eligió uno pueblo de nuestra geografía, lugar de costumbres, lugar de extrema pobreza y de ninguna evolución industrial, económica y cultural, DELEITOSA, provincia de Cáceres, Extremadura y primeros compases de los años 50. ¡Ya pueden ustedes imaginarse la estampa!. Se trata de “la España deprimida y oprimida por el fascismo”.
La idea que había desarrollado tenía que traducirse en imágenes aunque la realidad no fuera exactamente igual. Esto le hizo trabajar en su proyecto de una forma enfermiza. No existía otro plan, era su idea o nada. Solo pudo estar 19 días en Deleitosa (le recomendaron que se fuera) y desde el 8 al 27 de junio de 1950, y retrató toda la vida de un pueblo como si hubiera estado varios meses en él siguiendo su retorcido plan original. En ese corto pero intenso periodo de tiempo en Deleitosa se desarrollaron la totalidad de las labores del campo, hubo tiempo de primeras comuniones, de bodas, de fiestas populares y hasta de un funeral con velatorio incluido –que ésta será la 2ª parte de nuestra historia-.
Claro está que todos estos hechos se realizaban de una forma poco espontánea, más bien teatral y en sus fotografías podemos por ejemplo observar que durante el desarrollo de una primera comunión la niña protagonista se encuentra perfectamente vestida para la ocasión mientras que sus familiares, y especialmente su madre, la acompañan con ropas poco dignas de tal acto.
Mención a parte se merece una fotografía tomada a 3 Guardias Civiles a quienes les tuvo durante un buen tiempo bajo el despiadado sol extremeño y mirando en su dirección antes de tomar la instantánea, el resultado fue el esperado: “Una típica imagen de pistoleros de wester pero en versión hispano-fascista”.

¿Cómo es posible fotografiar en 19 días la siembra, el arado y el aventado del grano de trigo? ¿De verdad creéis posible que una familia, de aquellos años, permitiera que en la comunión de un hijo alguien fuera mal vestido o desnudo? ¿Las comuniones cuándo son?. Muchas preguntas cuya respuesta daría lugar a descubrir que lo que estamos viendo no es del todo verdad, sino una manipulación para llevar el reportaje a los fines definidos por el fotógrafo quien en su obsesión fotografiaba una y otra vez lo peor del pueblo y sus gentes.

Como se ha podido ver a lo largo del presente trabajo, la obra de W. Eugene Smith paradójicamente enseña a la vez que engaña. El fotógrafo no solo pretendía cubrir el tema seleccionado, sino que quería expresar una crítica a una situación polémica y estaba convencido de que a través de sus capturas influiría en la sociedad.
45 rollos de película que suman 1.575 negativos, fue el botín que W. Eugene Smith se llevó de Deleitosa y con ellos realizó una de las publicaciones más manipuladas de la realidad y a la vez más importantes de su vida, mostrando lo peor del pueblo y consistente en 17 fotografías que bajo el nombre de “Spanish village” fue publicada por la revista LIFE en abril de 1951.
Publicar en LIFE es sinónimo de éxito y de que el reportaje llegue a millones de hogares y así fue como en unos de esos hogares americanos, un hombre se enamoró de inmediato de uno de los rostros que figuraba en las fotografías…
Y aquí es cuando llegamos a la 2ª parte de nuestra historia:
Recordad que antes hemos hablado que Eugene Smith, en su estancia en Deleitosa, también fotografió un funeral con velatorio incluido.
Juan Larrá murió en casa rodeado de los suyos, familia humilde rozando la más extrema pobreza. Tras el fallecimiento todo el pueblo acudió al velatorio, las mujeres de la familia de luto riguroso lloran y rezan sobre el cadáver.

Entre las hijas se encuentra Josefa Larrá, en aquel entonces contaba con 19 años. Y fue su rostro el que enamoró al otro lado del mundo, en California, al americano que contempló las imágenes en la revista LIFE. Y este americano no dudó en escribir al Alcalde del pueblo para localizar a la protagonista de la fotografía e intentar de este modo mantener una relación a distancia –esto que ahora la tecnología nos permite hacer de una manera habitual, pero que por aquel entonces no era tan sencillo ya que en aquella época no existían las Apps ni los chat de ligoteo-.
Durante un largo periodo de tiempo el americano mantuvo correspondencia con Josefa y cada carta recibida en Deleitosa se convertía en un acontecimiento social del más puro estilo “Sálvame Delux”. Que si el americano tiene un gran coche (cuando en Deleitosa ya no es que no los hubiera, sino que ni siquiera circulaban), que si el americano te quiere convertir en una estrella del cine, que si el americano es un buen partido (decía la madre de Josefa tratando de influir en la relación que la joven tenía con otro muchacho del pueblo).
Finalmente la relación con el americano no cuajó y de la misma manera que comenzó así finalizó, pero siempre quedará en la memoria de los protagonistas y de los por entonces habitantes de Deleitosa como un hecho anecdótico. Y es que por todos nosotros es conocido que en estas leyes del caos “el aleteo de las alas de una mariposa pueden provocar un Tsunami al otro lado del mundo” de la misma manera que una fotografía puede generar pasiones humanas a pesar de que su fin haya sido otro muy distinto a ese. Y de esta manera llegamos al final de este capítulo y me aventuro a decir que para el próximo vamos a seguir hablando de los americanos, de un fotógrafo que les mostró tal y como eran y no como ellos mismos se imaginaban que eran…
Contenido extra:
También les recomiendo, para los más adictos a este tipo de información de investigación sobre el reportaje realizado por W. Eugene Smith la consulta del siguiente documento: «Memoria fin de grado de Historia del Arte de la Universidad de las Islas Baleares» de un alumno que desconozco.
Y ya por último recomiendo una visita a la sección dedicada a W. Eugene Smith en la web de la prestigiosa Agencia de Fotografía Magnum.